Pacto ficcional

Caro lector, antes de leer, firmemos un pacto:

Juro no escribir la verdad, ni toda la verdad y algo más que la verdad.

¿Jura creerse la mentira, toda la mentira y nada más que la mentira?





.

sábado, 20 de julio de 2013

Vueltas al tarro, mejor en el tintero.



Cierras la puerta y te sientas en la mesa. Y ves el tarro medio vacío.  Miras al frente, luego a un lado, luego arriba. Y parece que la sustancia se oscurece levemente. Te tumbas con las rodillas flexionadas, los pies fríos en el suelo. Cierras fuerte los ojos y hablas: como esas veces en las que una hebra parte de tu muñeca hasta la boca del tarro y lo alimenta de tinta, e incluso sobra, a veces, para llenar un par de hojas. Entonces, entre escalofríos, sumergías allí los cinco dedos, en unas cuantas centenas de abecedarios, y los sentías plenos porque escogían las mejores texturas. Las mejores para que pudieras plasmarte en el blanco. Pero hoy no. Ni siquiera un par de garabatos. Vuelves la vista al tarro y no hay color ni tinta que valga. Cierras la puerta y te sientas en la mesa. Y lo único que consigues es, si acaso, golpearte con el borde en el codo. "Cómeme el garabato, tarro de mierda."





1 comentario:

  1. Que grande!! Espectacular, me encanta como escribes Ana, el final es lo maximo ;)��

    ResponderEliminar