Pacto ficcional

Caro lector, antes de leer, firmemos un pacto:

Juro no escribir la verdad, ni toda la verdad y algo más que la verdad.

¿Jura creerse la mentira, toda la mentira y nada más que la mentira?





.

miércoles, 17 de julio de 2013

Tinta fétida.



Aún no calzaría un 34 cuando cientos de pequeños marfiles desconocidos se mostraban a su paso sin acercarse demasiado.  Y una mano, desde el suelo, tiraba del hilo que pendía de su frente, y ya no le soltaba, y sus pies ya no sabían. Ya no sabía. Si era él. Si era algo. Si no era nada. Si era peor que nada. La carne de sus labios ya no resistía más contener los tantos nudos de su garganta, ni sus párpados tanto líquido. Y el suelo, al que miraba, ya tampoco lo veía. Y cada palabra que escuchaba iba directa a esconderse en sus adentros. Y aceleraba, entre grises y marrones, hasta que llegaba a una puerta que cerrar. Entonces enseñaba sus marfiles, de rabia, frente al espejo, mientras rebuscaba algunas palabras que salían asustadas, y conseguía ahogarlas hasta que se iban por el agujero del lavabo. Pero hay otras que no se las encuentra por muy bien que las conozca, y sigue usando el mismo tipo de tinta que apesta a miedo si le respiras cerca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario