Pacto ficcional

Caro lector, antes de leer, firmemos un pacto:

Juro no escribir la verdad, ni toda la verdad y algo más que la verdad.

¿Jura creerse la mentira, toda la mentira y nada más que la mentira?





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domingo, 12 de agosto de 2012


Lo que siempre falta es lo que no se tiene. ¿Quién dijo que en mi sangre no está escrito tu nombre? ¿Quién? Tendrían que callar para siempre si supieran cuánto se quieren tus labios y los míos, que no hay más sentir que mis dedos en tu espalda, ni más besos que esos que saben a ti; y no hay más que saber, ni más que decir cada vez que suspiro por tu culpa. Que un “te quiero” no es tan fácil cuando se sabe demasiado; y, sin embargo, te quiero un poco más, si cabe, y no me cabe duda de que sí.  Lo que no saben es que dudar no va conmigo cuando se trata de ti, y que deberían estar prohibidos amores así.
A mí, que se me hace de día contándote las pestañas, por si alguna vez, al despedirnos, no hubiera reencuentro… no me perdonaría olvidarte. Olvidarte a ti, que me regalas tus días y tus noches, tu tranquilidad, cada paso firme que das, cada esfuerzo con fuerza, cada apoyo, cada gesto que me dedicas agradeciendo que estoy aquí para ti. Para ti, que eres mi guerra y mi paz, mis ganas. A mí, que me lo digan a mí.



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